jueves, febrero 21, 2008

lunes, febrero 11, 2008

Conducción (¿temeraria?)

Siguiendo la tónica de apuntarme a un bombardeo, cuando mi niño me invitó a acompañarle en el trabajo la verdad es que no me lo pensé demasiado y acepté encantada la propuesta.
No todos los días puede uno colarse en la pecera con el conductor del metro, y lo que es mejor, no todos los días tiene uno la oportunidad de poder conducirlo. Así que superada la timidez inicial (que yo creo que si duró un segundo duró demasiado....) ya me teníais a mí sentada al frente de todo, con las manos temblorosas y diciendo: “yo lo llevo pero tu me controlas, eh? A ver si voy a pillar a alguien con las puertas o voy a hacer que vayas con retraso...”.
Bueno, mis temores eran infundados, tal vez por el buen maestro que tuve pero fue una experiencia más, a priori no tiene absolutamente nada que ver con llevar un coche y también confieso que es mucho más fácil cuando el automático está puesto y sólo hay que apretar el botón del pitidito de las puertas y abrir y cerrar las puertas, eso sí, vigilando que no haya nadie en medio. A pesar de eso, a mí me tocó llevarlo un ratito con conducción manual, ahí fue cuando más nerviosa me puse, eso de controlar si vas con retraso, adelantado, no puedes acelerar mucho para no pasar de una velocidad concreta, ni puedes frenar bruscamente para no marear a los pasajeros... a pesar de todo, hasta conseguí hacer la maniobra con el tren para volver a salir después del final de línea.
La verdad es que fue una experiencia que me encantó. Gracias ;)
Y para ilustrarlo os dejo una fotico de la vista que tuve:

jueves, febrero 07, 2008

A flor de piel...

Es como si estuviera haciendo malabarismos sobre una cuerda a una altura considerable pero con la diferencia de que la cuerda es una plataforma ancha en la que no me preocupa mi equilibro y sé que si mirara abajo vería una red que me amortiguaría de una posible caída, pero de momento no me preocupo por mirar abajo. Me encanta sentir el aire aquí arriba, se respira mucho mejor, todo se ve de otro modo, no hay dolores, no hay quejas, no hay cansancio, una sonrisa enorme se dibuja en mi cara en todo momento, hasta el tono de voz ha cambiado.
La ilusión de cada nuevo despertar, la emoción de un nuevo beso, de una caricia, de oír su voz dándome los buenos días. Las frases susurradas dulcemente, el nuevo vocabulario cómplice, las miradas, los gestos, las provocaciones, las confesiones, las bromas, las risas,.... en definitiva, la felicidad de disfrutar cada momento al máximo, la felicidad de vivir y la felicidad de ver cómo he recuperado sentimientos que tenía enterrados porque pensaba que no los iba a necesitar más. Así es como me siento ahora mismo, un torbellino de emociones y sentimientos con la sensibilidad a flor de piel, ¿será que me estoy enamorando? ;)

viernes, febrero 01, 2008

Desayunos.

Me considero una persona que me gusta cuidar los pequeños detalles, no soy una maníaca del orden ni de la limpieza ni tampoco soy una obsesiva compulsiva que tiene que tener cada objeto milimétricamente colocado, aún así, me gusta cuidar los pequeños detalles.
Eso, por ejemplo, se refleja en mis desayuno, siempre me ha gustado desayunar tranquilamente, sin prisas, disfrutando del desayuno casi como si fuera una sobremesa después de una buena comida, así aunque entre semana desayune con zumo embotellado el finde me gusta hacerlo con uno natural de naranja y pomelo que, además, en lugar de en vaso pongo en copa. Me gusta cambiar el pavo de cada día por un jamoncito el finde, con un buen aceite como si de un vino para una cena se tratara. Me encanta disfrutar del café con leche o hasta incluso hacer un chocolate a la taza si hace mucho frío. Me encanta disfrutar del desayuno concretamente y especialmente si es en buena compañía ;)