Una cancioncilla...

Uno de los efectos secundarios de estar en las nubes es que todo a tu alrededor destila cierta empalagosidad azucarada y como yo ahora mismo ando perdida entre nubes de algodón ya caramelizadas pues soy incapaz de escribir algo que sea apto hasta para los no diabéticos, así que no quiero daros envidia ni ponéroslo fácil para que os metáis conmigo, que ya nos conocemos... ;)

Echo de menos...

Hay días en los que echo de menos muchas cosas:

Echo de menos la inocencia con la que sentía los primeros amores...

Echo de menos notar la química que no te dejaba dormir.....

Echo de menos una mirada enamorada...

Echo de menos a la persona amada...

Y a pesar de todo eso, me alegro de que ayer fuera uno de esos días en los que me sentí feliz de ser una happy flower y aún todavia hoy, cuando lo recuerdo, la sonrisa sigue dibujada en mi cara. Gracias ;)

Inspira y expira.

Separa las piernas hasta la anchura de tus hombros aproximadamente... Cierra los ojos... Flexiona las rodillas para que no estén tensas... Deja que el cuerpo acompañe la respiración con un suave balanceo, al inspirar vas hacia delante flexionando un poco más y al expirar te dejas crecer... Cuando encuentres el punto en el que estás bien, te imaginas que tus pies son como las raíces de un árbol que crecen por la tierra y tú eres una continuación, de su fuerza, de su energía....Sigue concentrándote en tu respiración y ahora deja que fluya lentamente sin forzarla...
Así empezó mi primera sesión de chi-kung con la profe de yoga, la verdad es que eso de “jugar” con la energía ha dado sus frutos, no sé hasta que punto es psicológico o autosugestión pero aunque no voy a decir que haya notado una mejoría a nivel pulmonar que era el objetivo final, sí que he notado relajación a nivel mental, es como si se hubieran movido (más) las energías, la necesidad de hacer limpieza de trastos viejos, deshacerme de los lastres acumulados, y a todo eso ha seguido una semana de no parar a nivel social, curiosa coincidencia pero me ha gustado.
Aunque no creais mucho en ello, es una experiencia totalmente recomendable, la sensación de notar cómo controlas tu energía y cómo la puedes dirigir es indescriptible, así que probarlo si podéis ;)

Una de bebes.

Me lo han pasado esta mañana y si os pasa como a mí, no podreis evitar el reiros ;)

Una de ópticos.

El trabajo de óptico a veces depara sorpresas e historias como la que me han contado hoy. Me comentan que un óptico hace unas gafas de titanio a un señor, que para más datos es ingeniero, hasta ahí todo normal. El problema empieza cuando cada día, el señor ingeniero va para ajustar las gafas porque las plaquetas se le cierran solas (las plaquetas son las piezas que se apoyan sobre la nariz para que la gafa no haga daño), el óptico se las ajusta y al tercer día de acudir con el mismo problema le pregunta qué es lo que hace con las gafas para que se desajusten tanto, el señor contesta que nada, que le pasa sólo. Dos días más tarde, el señor ingeniero le comenta al óptico que como las gafas son de titanio y el titanio es un material “termo moldeable” se le desajustan al ponérselas él y entrar en contacto con su calor corporal. El óptico extrañado decide consultar esa característica del titanio y como no es cierto, decide hablar con el señor ingeniero y deciden precintar las gafas durante quince días en un sobre, que además calentará delante del señor para que vea que realmente las gafas no se desajustan solas.
Pasados los quince días abren el sobre y la gafa está ajustada tal cual la dejaron, por lo que el señor ingeniero se vuelve a llevar sus gafas, al día siguiente vuelve con el mismo problema otra vez, y así hasta que un día en el trabajo el señor ingeniero que a veces se quitaba las gafas y las dejaba sobre la mesa descubre in fraganti a un compañero suyo con las gafas en la mano y tocándole las plaquetas....... No es que las gafas se desajustaran solas sino que el cab$*&azo del compañero no tenía nada mejor que hacer que desajustarlas cada día!!!!

Conste que yo no es por dar ideas pero sé de alguien que como le pille sus gafas se va a volver loco intentando ajustarlas jejeje

Exploración.

"El explorador occidental llega a la India. Entra en un templo tántrico y ve en las paredes escrito por todos lados el número 85. Un montón de monjes recorren el lugar cantando una canción que dice: "Ochenta y cinco.... ochenta y cinco... ochenta y cinco... ". El explorador pregunta:

- ¿De qué se trata?

El que parece más anciano de los monjes le dice:

- Ochenta y cinco son las posiciones para hacer el amor descritas en el Kama-Sutra.

El explorador exclama sorprendido:

-¡¿Ochenta y cinco?! Pensar que yo conozco sólo una: el hombre arriba y la mujer abajo.

Los monjes lo miran sorprendidos y siguen recorriendo el templo al grito de:

-¡Ochenta y seis... ochenta y seis... ochenta y seis!"

Jorge Bucay.

No he podido evitar el reírme al leerlo, así que aquí os aporto un toque de humor y espero que os haga pensar un poco...

Juegos de seducción.

Con el sexo contrario siempre he sido de esas personas ingenuas, inseguras, tímidas, de las que si un chico guapo dice algo se giran para ver con quién está hablando porque no puede dirigirse a ellas, vamos, algo muy parecido a Bea de “Yo soy Bea”, o una Betty de “Betty la fea” o como el simple patito feo en sus años de juventud, por decirlo de forma clara y directa: una mojigata.
Veo la ropa que tenía hasta hace dos años y parece ropa de una persona casi veinte años mayor que yo, nada de cosas atrevidas, nada de escotes, nada de insinuaciones, prácticamente nada de nada. No es que ahora me haya pasado al otro extremo del vestuario, pero sí que se corresponde más a una persona de mi edad o incluso algo menos.
No creo que sea fruto de la nueva soltería, más bien creo que ha sido por haber ganado confianza y seguridad en mí misma pero ahora el trato con el sexo contrario ha cambiado, además del vestuario, y aunque no creo que nunca llegue a ser una manipuladora porque no me gusta manipular a los demás, si que voy aprendiendo a marcar mi valor, a saber cuando hay que dejar de luchar en batallas perdidas y cuando hay que poner distancia para conseguir lo contrario. Los juegos de miradas, los intercambios de frases, las primeras conversaciones, los primeros cafés, las primeras llamadas telefónicas,...

Y lo mejor de todo (nunca pensé que llegaría a decir algo parecido) es que me divierto con ello y además me gusta!! :)

Propósitos.

Como cada año nuevo, la lista de propósitos parece una cosa obligatoria e imprescindible que hay que hacer, en ella se encuentran las típicas cosas como adelgazar, ir al gim más a menudo, llamar a esas personas que hace tiempo que no hablamos con ellas, bla bla bla
Pues bien, yo este año como en ningún momento he tenido la sensación ni de Navidad, Nochebuena o Nochevieja ni Año Nuevo no he hecho la lista de buenos propósitos, y a punto he estado de no empezar el año con la ropa interior de color rojo. No es que no haya hecho la lista de buenos propósitos porque, como a la mayoría, me van a durar sólo una semana, más bien no la he hecho porque....¿por qué no la he hecho? Pues la verdad es que no la he hecho porque no me apetecía, ya sé lo que tengo y lo que no tengo que hacer y porque sea una noche diferente no va a hacer que los cumpla. Sé que suena demasiado pasota pero me he dado cuenta que en los últimos años las cosas han empezado a cambiar para mi cumpleaños (en junio), los seis primeros meses del año han sido los peores, y luego los seis siguientes han sido siempre mucho mejores, así que este año si eso ya haré la lista de buenos propósitos para mi cumpleaños :)