Juegos de seducción.

Con el sexo contrario siempre he sido de esas personas ingenuas, inseguras, tímidas, de las que si un chico guapo dice algo se giran para ver con quién está hablando porque no puede dirigirse a ellas, vamos, algo muy parecido a Bea de “Yo soy Bea”, o una Betty de “Betty la fea” o como el simple patito feo en sus años de juventud, por decirlo de forma clara y directa: una mojigata.
Veo la ropa que tenía hasta hace dos años y parece ropa de una persona casi veinte años mayor que yo, nada de cosas atrevidas, nada de escotes, nada de insinuaciones, prácticamente nada de nada. No es que ahora me haya pasado al otro extremo del vestuario, pero sí que se corresponde más a una persona de mi edad o incluso algo menos.
No creo que sea fruto de la nueva soltería, más bien creo que ha sido por haber ganado confianza y seguridad en mí misma pero ahora el trato con el sexo contrario ha cambiado, además del vestuario, y aunque no creo que nunca llegue a ser una manipuladora porque no me gusta manipular a los demás, si que voy aprendiendo a marcar mi valor, a saber cuando hay que dejar de luchar en batallas perdidas y cuando hay que poner distancia para conseguir lo contrario. Los juegos de miradas, los intercambios de frases, las primeras conversaciones, los primeros cafés, las primeras llamadas telefónicas,...

Y lo mejor de todo (nunca pensé que llegaría a decir algo parecido) es que me divierto con ello y además me gusta!! :)