Cenorro oficial: la crónica.

Aunque sea con algo retraso me apetece hacer mi crónica particular de la cena del sábado, y es que me sentí encantada de poder rodearme de las personas que ahora forman parte de mi vida. Y como me había propuesto, no me quedé apartada en un rincón sin hablar, al contrario creo que aunque me cueste reconocerlo, por una vez estuve en medio de las conversaciones. Un par de detalles curiosos que me llamaron la atención fue el hecho de que las parejas que conozco desde hace tiempo se juntaron entre ellas y prácticamente no se relacionaron con nadie más (excepto con la que ahora sigo quedando aunque de un modo diferente), se quedaron casi apartadas en un rincón del salón. El otro detalle curioso fue el hecho de que los que ahora forman parte más directa de mi día a día y a pesar de no haberse visto antes encajaron a la perfección. Me atrevería a decir que la cena fue un éxito pero creo que tal vez deberían confirmarlo los que allí estuvieron (y arrasaron con las provisiones).
Este finde me ha sentado genial, me ha hecho volver a sentirme bien, he vencido algunos miedos, he superado ciertos bloqueos y me he reencontrado con una faceta mía que tenía arrinconada y olvidada. Como conclusión creo que he conseguido cerrar el ciclo con más éxito del previsto a priori y he abierto otro nuevo que desconozco dónde me llevará, lo que sí que tengo claro es que por una vez intentaré no ser tan impaciente e intentaré dejar fluir las cosas a su ritmo natural disfrutando cada momento en concreto, porque después de mucho tiempo tengo la sensación que la vida me vuelve a sonreír otra vez ;-)