viernes, febrero 23, 2007

Neumotorax III

Tengo 31 años, desde que me diagnosticaron la enfermedad han sido tres veces las que he estado ingresada por neumotórax. La primera vez fue hace poco más de un año y fue a partir de ahí cuando empezó todo, justo en un momento de mi vida en que no había mucho espacio para más preocupaciones que el cambio de trabajo, el divorcio y la compra del piso, así que la enfermedad cayó sobre mi como una losa bastante difícil de llevar, pero a la que fui acostumbrándome.
Empecé este nuevo año con el segundo neumotórax, una manera diferente y nada común ni agradable, pero ya me habían avisado que igual se podría repetir en cualquier momento como no volver a pasarme nunca más. Cosa que no ha pasado ya que poco después de un mes más tarde, y a raíz de un encuentro casual con mi neumólogo descubre que vuelvo a tener otro neumotórax, esta vez tampoco era un buen momento mental mío, no hay nada más que ver el post de la burbuja para darse cuenta, estaba a punto de llegar a un punto sin retorno. El punto de inflexión que me ayudó tal vez fue cuando el cirujano me confirmó la sospecha, en ese momento todos mis muros se derrumbaron y no pude evitar soltar una llorera que duró más de cinco minutos en los que el pobre médico intentó animarme como buenamente pudo. Sé que no es una reacción típica de mí, nunca me ha gustado que me vieran llorar y siempre he preferido hacerlo en soledad, pero a veces llega un momento en que realmente no te importa nada de lo que te rodea. Tengo la sensación que ese fue el punto que necesitaba para volver a levantarme y volver a mirar hacia arriba y estar preparada para enfrentarme a lo que pueda venir a partir de ahora. Tal vez era tan simple como que necesitaba unos días en los que no me sintiera cansada, tal vez necesitaba reírme de mi mala suerte aprovechando la psicología inversa o tal vez necesitaba darme cuenta de que aunque en muchos momentos me pueda sentir sola realmente no lo estoy que hay gente alrededor, también necesitaba encontrarme con gente profesional que me hicieran sentir bien en esos momentos.
Normalmente me cuesta mucho exteriorizar mis verdaderos sentimientos. Siempre había pensado que mostrarlos era signo de debilidad, te expones a que cualquiera pueda aprovechar tu debilidad para usarla en tu contra. Creo que también he superado esa fase, no me importa mostrarme como soy ya que me he dado cuenta que los que realmente me quieren me aceptan tal y como soy.
No soy perfecta, ni mucho menos me lo considero, pero cada vez me acepto más como soy y al menos espero que el cuarto neumotórax tarde bastante tiempo en llegar y que no venga acompañado del bajón anímico que los ha precedido.

martes, febrero 20, 2007

Burbuja.

Hay días en los que me gustaría poder construir una burbuja en la que sentirme segura, poder aislarme de todo lo que me rodea y dejar que todo siga su curso pero sin contar conmigo, como si yo no existiera. Hoy ha sido uno de esos días en los que en el momento más bajo decido que me voy a volver autista, que estoy cansada de no entender las reacciones de la gente y que no me apetece hablar con nadie. Menos mal que hoy, como cada día hay una voz amiga al otro lado del teléfono que tiene más paciencia conmigo de la que creo merecer, un mail con una proposición interesante y al final decido que no vale la pena aislarse, que me perdería demasiadas cosas interesantes. Y con lo que me está costando superar ciertos complejos y lo bien que me lo paso con las nuevas situaciones, no es plan ahora de aislarme ;)

lunes, febrero 19, 2007

Orgullo

No logro entender a la gente que por un orgullo estúpido es capaz de perder una buena amistad, no sé si es que no valoran la amistad o que en ese momento están tan ciegos por otras cosas que realmente no ven más allá de un palmo de su nariz.

sábado, febrero 17, 2007

Sigo aquí....

Mucho tiempo ha pasado desde el último post. Tanto como cosas han sucedido. Empecé el año con otro neumotórax, esta vez en el pulmón izquierdo, es algo que sabía que pasaría pero que no estaba preparada, al menos para regresar tan pronto de nuevo al hospital. Volví a comprobar como los médicos del hospital de Sabadell son de todo menos eficientes, al menos el que llevaba mi caso, por no comprobar el tubito del aspirador ni hacerme la radiografía me tocó quedarme allí tres días más (cuánto me alegro de haber pedido el traslado a Vall d’Hebron!!!)
Después de eso y como la tendencia es a seguir la ley de Murphy una neumonía me pareció bien, así que para complicar las cosas como es mi tendencia una preciosa neumonía hospitalaria se apoderaba nuevamente de mis pulmones, dejándome prácticamente sin fuerzas.
Reconozco que han sido muchos días en casa, demasiados para tener tanto tiempo libre sin poder aprovecharlo haciendo lo que quisiera así que he recuperado las pinturas de seda y algún que otro cuadro ha salido. A pesar de eso mis ánimos no han resistido tantos ataques (tampoco era el mejor momento para recibir la citación de la nulidad eclesiástica) y poco a poco han ido bajando su nivel. En momentos así, ni yo misma me aguanto, así que no consigo entender cómo todavía hay gente que sigue estando ahí (Gracias por seguir todavía!!). Menos mal que la tendencia es buena, y poco a poco (y a pesar del cansancio) vuelvo a ser cada día más yo de nuevo. Eso sí, si tengo que medio quemar el salón para terminar riéndome de la situación pues se hará lo necesario para hacerlo (el accidente pirómano lo dejo para otro día) ;)