Después de un año y unos meses la relación con Cádiz se terminó. Al final he sido yo la que compró el billete de avión de sólo ida. Ha dolido, ha costado, ha significado volver a enfrentarse a miedos dormidos, pero al final he sido capaz de hacerlo. La sensación de liberación con la que me desperté la primera mañana después de que se hubiera ido creo que ha sido bastante significativa. Ahora toca volver a empezar, de todas las experiencias se aprende y ahora me toca a mi pasar el duelo y seguir con mi vida, porque la vida sigue y nadie es imprescindible en la vida de nadie.
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