"- Buenos días Marta. Percibo cierta turbación en tus ojos. ¿Qué ha ocurrido?
- Últimamente estoy un poco más triste que de costumbre, no tengo ganas de nada y lloro a menudo. Siento una angustia dentro de mí que me sube del corazón y no se calma. No consigo alegrarme por nada. Tengo la sensación de vivir en un mundo de hielo.
- Como la reina de las nieves -dijo él, intentando consolarla.
-¿Quién es? -preguntó Marta.
- La protagonista de un encantador cuento de Andersen, ese escritor danés que nos ha dejado los cuentos más bonitos que conocemos. Con ese relato nos ofrece una enseñanza sobre el extraordinario poder del amor. La bella muchacha vivía en un frío castillo del extremo norte y tenía el corazón de hielo. Las paredes de su morada eran de nieve; las puertas y las ventanas, de viento cortante. El amor por un joven que había escalado montañas para ver a la hermosa reina, de la que se había enamorado, logró que se obrara el milagro. Por los amplios salones del castillo se difundió la luz del amanecer, que se transformó en un arco iris de colores, y el sol, creando maravillosos juegos de luz con sus rayos, hizo el resto.
- Es muy bonito, pero no es más que un cuento -dijo Marta, sonriendo.
- Tienes razón, pero también los cuentos son necesarios en la vida, tan cargada de preocupaciones y de dolores. Tú has sufrido mucho y, por miedo de que te hieran de nuevo, tratas de huir apartándote de la bondad de los demás..."
3 comentarios:
Aiixxx wapis los cuentos tienen una magia especial. Si vieras la cara de emoción y lo concentrados que se quedan mis alumnos cuando cuento algun cuento ( y eso q lo hago fatal).....no hay dinero q compre esa emoción. Para todo lo demás...MASTERCARD
El problema es que si vives en un castillo de hielo y entra el sol, puede derretirse todo y dejarte sin nada, siempre hay que guardar una pequeña habitación de hielo por si acaso...
Buen planteamiento masmalo, no lo había pensado así...
(y sí me gusta el ojo, aunque tiene pinta de ser más malo todavía ;-))
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