Está ahí en medio de la barriguita, como dejado caer por casualidad. Parece que no se atreva a salir y es que es tímido como yo, a pesar de estar bien dibujado está escondido. Es natural como la vida misma, no lleva ni un triste piercing ni ningún tatoo alrededor y es que así es mi ombligo.
Y ahora que ya lo he estado contemplando durante unos días voy a pasar a hacer otras cosas más interesantes ;)
4 comentarios:
genial ;)
Hola. No puedo dormir. Dolor de garganta.Me gusta lo que te he leido. Soy un desconocido que se ha puesto como propósito empezar a reunir fuerzas para tratar de hacer la elección de desterrar el miedo y vivir en el aprecio (si, acabo de terminarme el libro de Dan Baker). Estoy parco en palabras. No me fluyen a estas horas. Tengo el corazón adormilado (algo poco habitual en mi). Escribí un post y lo dejé. Se llamaba "Fabrizio del Dongo pasó por Sopela". Te dirá algo de mí. Ya volveré a escribirte. Enhorabuena por el blog. Por lo que escribes y por como lo escribes
¿A que sí Susej? ;) Un abrazo
Anónimo, lo primero de todo bienvenido a este rinconcito particular, me parece una muy buena elección desterrar el miedo, aunque también es difícil llevarla a buen puerto. Yo estoy como tú, me ha gustado la expresión de tener el corazón adormilado, creo que el mio está más asustado que otra cosa y eso no me gusta nada. Si me dejas el enlace leeré el post encantada. Me alegro que te haya gustado ;) Gracias.
Wapis como oí una vez hay q ser inteligentemente egoista.
Es decir lo de mirarse el ombligo no tiene pq estar mal.
Al fin y al cabo hay que mirar uno para sí mismo pero de manera inteligente y sin hacer daño a nadie. Como te conozco sé que te miras el ombligo de manera inteligente y correctísima
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