Ayer fue uno de esos días en los que sin un motivo justificable la tensión acumulada decidió salir por libre, y ¿cómo lo hizo? Pues en forma de lágrimas. Después de la visita del médico en la que me dijo que aunque hay una pérdida no la considera significativa por ser inferior al 10% y que aunque no son resultados normales sí que lo son para mi enfermedad, me dio un bajón de los fuertes, sé que no son malas noticias, sé que no es para ponerse así, pero toda la tensión que tenía acumulada salió de golpe y eso que la que conducía el coche era yo, menos mal que entre lagrimeo podía ver bien la autopista.
Pero la cosa no se quedó ahí, al salir de yoga intenté llamar por teléfono, sólo necesitaba oír una voz y un abrazo pero todo el mundo estaba ocupado, que ya sé que todos curramos, no es ningún reproche, pero eso hizo que yo me sintiera peor así que me pasé toda la tarde llorando, sacando lo que tenía acumulado desde hacía tiempo, tensiones, miedos y angustias.
Cuando la cosa parecía que iba a seguir igual dos llamadas rompieron el ritmo, una fue de Zgz y la otra fue después del trabajo de Mica que había estado trabajando, y al llegar a casa me volvió a llamar para decir que si estaba sola se venía con su niño auto invitados a cenar que ellos ya traían las pizzas, así que terminé cenando con Piú, Mica y su niño, que era lo que realmente necesitaba.
Y como Mica ya me conoce no dejó de darme abrazos en cuanto podía, así que al final me fui a la cama con un número importante de abrazos para el día de ayer. Gracias.
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