lunes, noviembre 17, 2008

Decisiones.

Llevo un par de días dándole vueltas al tema de cómo una simple decisión puede hacer cambiar las cosas. Este razonamiento viene porque me he dado cuenta que hay veces en que algo tan insignificante como responder una llamada telefónica o quedar para un café se convierte en una misión casi imposible. Es curioso pero hay veces en que no sabes el motivo pero las cosas no salen cuando deberían hacerlo sin ningún problema. Habrá quien dirá que es cosa del destino y que como no tienen que salir por eso no salen, habrá quien dirá que son tonterías y que como cada uno tenemos nuestra propia vida pues a veces cuesta coincidir, yo digo que no sé si es el destino o simplemente son casualidades o causalidades, pero sí que me hace gracia ver como llevo casi cuatro días para devolver una llamada telefónica diciendo que no acepto un trabajo y no hay manera de contactar con la otra persona, o como ayer intenté quedar con Mr. Ripley que normalmente los domingos por la tarde no suele hacer nada y fue imposible.
Ayer hablando con un par de brujitas me dijeron que realmente somos nosotros los que con las decisiones que vamos tomando cada día, por insignificantes que nos parezcan, hacemos que nuestro entorno cambie. Es muy parecido a lo que hablaba el viernes con Marcelo cuando le conté el caso del “empanao” y él me decía que somos nosotros los que elegimos las cosas, que igual que vamos a comprarnos un pantalón y si no vemos nada que nos guste no nos compramos nada, pues con la gente es lo mismo.
Y yo que me he considerado una persona indecisa e insegura, la verdad es que me parece bastante complicado. Menos mal que con los años una va ganando confianza y al menos aprende a tomarse las cosas desde otro punto de vista, así que creo que me voy a ir a hacerme un café…. bueno, o tal vez una infu…. no sé ;-p

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