A veces, aun conociendo el peligro no podemos evitar acercarnos peligrosamente al borde, es en esos momentos, cuando la atracción es mayor que más nos cuesta tomar la decisión de alejarnos, incluso muchas veces nos dejamos arrastrar auto convenciéndonos que la historia no va con nosotros y nos creemos que lograremos salir sin ningún rasguño.
Esta vez he rozado el peligro, en el borde del precipicio casi me olvido de uno de mis principios básicos, pero la necesidad no justificaba esa intromisión así que con esfuerzo conseguí salir íntegra de la situación. Creo que por una vez aun sabiendo que era una historia demasiado complicada para mi no me he dejado arrastrar ni me he engañado con falsos convencimientos. Por primera vez en mucho tiempo sé que ha sido un inicio finalizado, una historia que no pasará y de la que estoy convencida que si hubiera pasado tampoco habría funcionado, falta uno de los requisitos principales. Me siento orgullosa de haber logrado al final controlar la situación :)
Esta vez he rozado el peligro, en el borde del precipicio casi me olvido de uno de mis principios básicos, pero la necesidad no justificaba esa intromisión así que con esfuerzo conseguí salir íntegra de la situación. Creo que por una vez aun sabiendo que era una historia demasiado complicada para mi no me he dejado arrastrar ni me he engañado con falsos convencimientos. Por primera vez en mucho tiempo sé que ha sido un inicio finalizado, una historia que no pasará y de la que estoy convencida que si hubiera pasado tampoco habría funcionado, falta uno de los requisitos principales. Me siento orgullosa de haber logrado al final controlar la situación :)
4 comentarios:
Es bueno. Vas a acabar siendo una persona muy sabia :)
Un abrazo y que los peligros nunca te dañen a lo sumo te rocen.
Susej, sabia a la fuerza....
Otro abrazo para ti ;)
Y además siempre he pensado que lo difícil no es lograr lo merecido, si no ser capaz de reconocerlo a pesar de los inconvenientes que aparecen después.
Ella, a veces es tan difícil aceptar un regalo por la sencilla razón que nos pensamos que no somos merecedores.
En este caso más bien es al contrario, aceptarlo implica una complicación demasiado grande en la que terceras personas pueden salir además afectadas.
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