Canción optimista.

"Lo que sabe la gente feliz"

“En toda vida hay instantes definidores, instantes que fijan el curso del destino. Cuando se presentan, no siempre sabemos que van a cambiarnos para siempre. En el momento esos instantes suelen parecer otra montaña más que escalar con una interminable serie de picos.
Y eso es lo único que son esos instantes, si uno da marcha atrás.
Al dar marcha atrás, uno a veces se sienta a la sombra de la montaña y piensa: “¿Y si....? ¿Y si le pidiera a esa mujer que se case conmigo? ¿Y si acabara ese proyecto? ¿Y si hiciera esa inversión?”. Pero entonces dejas pasar el pensamiento: “No estaba destinado a ser. Ése no era mi destino”.
Pero, como he dicho, yo no creo en el destino. Creo que uno decide su destino cada día, con lo que hace y con lo que no hace.
Si eres fuerte, un buen día vas y dices sencillamente: “Subiré esa montaña”. Y cuando lo haces ves que no era solamente otro pico más; era la cima.
Y desde esa cima ves una multitud de senderos que bajan al fértil valle de una nueva vida, un valle que acuna un río abundante en elecciones, y te sientes no triunfante sino reverente: ¿Para esto era todo ese esfuerzo? ¿Esta simple confluencia de rocas, agua y tierra? ¿Esta tranquilidad sin complicaciones? ¿Esta paz?

Y bajas hacia la vida que aguarda".

"Lo que sabe la gente feliz". Dr. Dan Baker/Cameron Stauth

¿Somos amigos?

Me pregunto si la amistad se puede pedir, es como estar en el parvulario donde se puede oír: “quiero que seas mi amigo!!”. Puedes pedir la amistad de alguien, pero a estas alturas no creo que sea necesario, sí que es verdad que cada vez cuesta hacer buenos amigos, aunque eso no significa que a la primera persona que más o menos nos caiga medianamente bien le pidamos que sea nuestra amiga. Creo que hemos avanzado un poco y con el trato puede ser que se termine forjando una buena amistad, como puede ser que no sea así. Pero lo que no estoy de acuerdo es en pedir la amistad, no es una moneda que se puede pedir prestada para comprar algo, no tiene precio y su valor es incalculable, por eso mismo es algo que no se puede pedir, cada persona decide a quién se la quiere dar y a quién no, pero siempre sin exigencias :)

Hoy le he vuelto a ver.

Hoy le he vuelto a ver. Aunque sé que la cosa no pasará de un intercambio de palabras muy de tarde en tarde, cuando le veo soy incapaz de describir la sensación que recorre mi cuerpo. No sé si se debe a haber pasado momentos difíciles con él (y eso hace que mi subconsciente lo asocie a una especie de salvador), no sé si es su tono de voz o su acento, no sé si es su mirada, lo cierto es que me he alegrado mucho de volverlo a ver....

En días como hoy...

En días como hoy es cuando más echo de menos el llegar a casa y encontrarme a alguien, el tener alguien con quien hablar y compartir los detalles del día, el poder dar un abrazo que me calme un poco, el sentir que realmente la vida, a pesar de todo, vale la pena.

Un simple gesto puede cambiar totalmente el rumbo, hoy estas aquí y mañana no lo sabes, el hecho de ser joven o sentirte más fuerte no te salva de nada, la vida es una chispa que ahora está encendida pero que a la más mínima se puede apagar. Es triste ver cómo una vida de menos de treinta años se apaga en un brutal accidente. Es triste ver como alguien que te importa recibe otro duro golpe más de la vida, es más triste todavía ver como en el otro lado hay gente que no para de mirarse el ombligo sintiéndose los más desgraciados del mundo por un pequeño problema sin importancia.

En días como hoy es cuando más dudo de si realmente la vida vale o no vale la pena, porque en días como hoy me doy cuenta que la vida no es justa.

Planes

Hace tiempo yo pensaba que había que esperar a que los demás contaran conmigo para sus planes sin hacer nada a cambio, ni siquiera buscar mis propios planes no fuera a ser que luego no coincidieran y dejaran de contar conmigo. Este año con la semana de agosto, por fin voy a hacer mis propios planes sin depender de nadie, si luego coinciden pues genial, pero lo que no voy a hacer es quedarme sentada viendo pasar oportunidades por culpa de la indecisión (o empanamiento mental) de alguien.

Oso.

Sé que no hay que enfrentarse al oso hasta que no lo tengamos delante, sé que anticipar una batalla que no se sabe ni cuando ni donde ni si realmente llegará a existir es tontería. Aun así no puedo evitar, alguna vez, temer al oso que está por venir y la batalla que habrá que planificar para no dejarme ganar por él. Igual es fruto del cansancio, o de la climatología que cada vez está más loca, pero no puedo evitar el que me afecte ir a comprar y ver a una mujer cargada con la mochila de oxígeno. Sé que hice bien no preguntando nada, pero un gusanillo se me removió en el interior pensando que tal vez mi próximo paso sea ir como ella....

Té con limón.

Siempre he dicho que de cada persona que se cruza en nuestro camino tenemos que aprender algo. No es que se trate de aprender en este caso, pero creo que hemos llegado a una especie de acuerdo implícito por el que intercambiamos compañía y puntos de vista mientras compartimos un té con vistas a la ciudad.

Incoherencia.

Nunca he entendido a esas personas que se sienten atrapadas en una situación en la que no están bien y son incapaces de hacer nada por cambiar las cosas. Por ejemplo, las personas que tienen una relación de pareja, que no están del todo bien, pero que es mejor que estar solos y aun así, a pesar de estar con alguien, siguen buscando por si otra persona que pueda valer más la pena se cruza por delante, en ese momento saltarán de la primera a la segunda persona para no seguir sintiendo la soledad, pero claro, las cosas no son tan fáciles y como son "inconformistas" seguirán buscando una y otra vez y saltando de rama en rama mientras se preguntaran por qué no les salen las cosas bien, por qué no encuentran a la persona adecuada, por qué son tan infelices,.....

Reflexión.

Últimamente tengo esto un poco descuidado, no es mi intención pero es que me he dado cuenta que escribo más fácilmente cuando estoy enfadada o estoy de bajón, y eso son dos cosas que ya no me pasan con tanta frecuencia. Tal vez esto de cumplir años me ha hecho madurar demasiado, hasta el punto de que los que me conocen me lo notan, o tal vez no tenga nada que ver con la madurez y sea justo todo lo contrario, que me he vuelto más despreocupada y no me tomo las cosas tan a pecho así que no me llegan a agobiar tanto. No sé cual de los dos extremos ha sido, pero lo cierto es que el oráculo me ha dado el alta, ya que según ella: “por primera vez en tu vida has dejado de sufrir y has aprendido a tomarte la vida como hay que hacerlo y con más alegría”Y creo que tiene razón, he conseguido apartar aquellas personas (que aunque fueran muy cercanas) lo único que hacían era frenarme cada vez que intentaba remontar, he conseguido controlar y parar situaciones que me garantizaban otra ostia, he conseguido reunir a gente que para mí son muy importantes y tenerlos cerca, he conseguido no agobiarme por lo que vendrá mañana, ya me preocuparé mañana de ello que ahora quiero aprovechar cada segundo que tengo delante.