Confieso que muchas más veces de las que yo querría me dejo llevar por el derrotismo, en esos casos es como si una especie de pánico a situaciones ya vividas se apoderara de mí y no quisiera que se volvieran a repetir. Aunque no me doy cuenta de que con mi actitud defensiva lo único que provoco inconscientemente es que haya muchos números para que vuelva a ser una repetición.
Confieso que otras veces, cuando consigo controlar el derrotismo, paso al extremismo radical, o todo o nada, o blanco o negro, en esos momentos me olvido de los puntos intermedios y hago eso que, en condiciones normales no soporto, que es ser extremista y radical.
Confieso que hay otras veces en las que me siento víctima y me revuelco en el barro llorando sin parar y no me aguanto ni yo misma.
Confieso que otras veces, cuando consigo controlar el derrotismo, paso al extremismo radical, o todo o nada, o blanco o negro, en esos momentos me olvido de los puntos intermedios y hago eso que, en condiciones normales no soporto, que es ser extremista y radical.
Confieso que hay otras veces en las que me siento víctima y me revuelco en el barro llorando sin parar y no me aguanto ni yo misma.
Afortunadamente, hay otras veces en las que me doy cuenta de que me he dejado llevar como una cría por una rabieta infantil, en esos momentos sonrío, me río de lo absurdo de la situación y mentalmente me doy una buena colleja como la que me he dado esta tarde después de la clase de yoga ;)
4 comentarios:
No hace falta que confieses. Porque a pesar, o incluso por ello, se te sigue queriendo. Y mucho.
Gracias Susejillo, por estar ahí y por aguantarme, bueno, y por quererme aunque sea un poquito ;-p
Ya sabes que aunque es confesión también es una manera de sacarmelo de encima y de dejar de darle vueltas, que ya toca ;)
Un abrazo enorme
me identifico. gracias por compartirlo
Gracias a ti Fabrizio, y gracias por seguir volviendo ;)
Un abrazo
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