Traspasos.

Tenía preparado un post sobre la despedida en Zaragoza pero no me ha dado tiempo a preparar las fotos y llevo desde ayer dandole vueltas a la cabeza y haciendo trabajar la neuronilla, así que tampoco he podido prepararlas. El motivo de este trabajo mononeuronal es que ayer mi jefe me informó de que van a traspasar la óptica, pero que no me preocupe que están muy contentos con mi forma de trabajar y que trabajo con ellos no me faltará, además una de las chicas de Terrassa se irá en menos de un año así que yo me podría ir allí (porque es la óptica que me queda más cerca de casa) pero que mientras me tendré que ir a Sant Andreu de la Barca o a Pelleja (bonito nombre que ni siquiera sé ubicar en el mapa). Tras la sorpresa inicial el cabreo fue en aumento ya que he rechazado varios trabajos por no tener que cojer el coche (ya sé que estoy mal acostumbrada a venir andando al trabajo, poder ir al gim antes, etc, pero es algo que yo valoro y al final se reduce a calidad de vida) y ahora me encuentro con que al final lo tendré que hacer de todos modos y encima para irme más lejos de lo que yo quisiera, vamos que perderé esa calidad de vida que tanto me ha costado ganar. Así que estoy estudiando diferentes opciones, porque ya están aquí las vacaciones así que supongo que hasta la vuelta puedo estar más o menos tranquila con el tema (bueno, tranquila del todo no, pero sí ir mirando otra cosilla con más calma). Curioso como las cosas parece que se muevan todas en el mismo momento, y aunque sé que debo tomarlo como una opción de cambio que en el fondo agradeceré ahora no me apetece demasiado, tal vez me haya apalancado demasiado y eso no es bueno, pero no tengo la neuronilla para más preocupaciones, bastante me cuesta dormir como para contribuir a aumentar las horas de sueño perdidas.