Accidente y reflexión.

Esta mañana mientras conducía hacia el trabajo escribía mentalmente un post sobre la bronca que me ha dado Fran a primera hora, la próxima escapada a Londres y como alguien muy cercano está en la misma situación por la que yo he pasado hace poco. Lo tenía prácticamente estructurado cuando me he encontrado con un poco de retención donde no suele haberla nunca, al avanzar lentamente he visto que en la dirección contraria no circulaba ningún coche en los tres carriles de la autopista así que al fijarme un poco más me he encontrado con un accidente en la otra calzada. Un cuerpo yacía tendido en mitad del asfalto cubierto con la manta térmica y una chica estaba arrodillada a la cabeza del cuerpo llorando mientras otra lo hacía a un lado. No me ha dado tiempo a ver si había un coche y una moto implicada o era un coche o como ha podido pasar, sólo sé que me he vuelto a replantear las cosas que me agobiaban este finde y la sensación ha sido la misma que ya me conozco pero que muchas veces olvido, no vale la pena complicarse tanto la vida dándole tantas vueltas a las cosas y haciéndolas mucho más complicadas de lo que en realidad son.

Dos horas más tarde todavía no me he recuperado del impacto de la imagen que se ha quedado grabada en mi retina. Pienso que muchas veces nos montamos películas sobre el futuro cuando no sabemos dónde estaremos en unos días, ni tan solo sabemos dónde estaremos en unas horas, aunque nos pensemos que tenemos la vida controlada siempre hay algo que se nos escapa y es lo que nos da la bofetada para que espabilemos y reaccionemos de una vez. Y ahora me a ver si consigo quitarme la sensación de escalofríos que todavía me dura.