lunes, octubre 13, 2008

Destino.

Unos dicen que el destino está escrito, que por mucho que nos empeñemos no tenemos nada que hacer, ya que cuando venimos aquí ya está todo pactado, todo escrito, sin posibilidad de poder hacer nada. Es como si nos arrastráramos por un río del que nos empeñamos en salir y por mucho que hagamos, su caudal nos arrastra hacia donde él quiere anulando nuestra voluntad.
Otros dicen que el destino nos lo hacemos cada día con nuestras propias decisiones, somos nosotros mismos los que vamos marcando el camino que vamos andando con cada paso que damos. Ante un error podemos rectificar y cambiar el qué vendrá y podemos ser capaces de elegir por nosotros mismos qué bifurcación debemos tomar asumiendo las consecuencias de nuestros actos.
Yo no sé hacia que lado decantarme, pienso que lo que esté para uno va a pasar de todos modos, pero por otro lado también pienso que son nuestras pequeñas decisiones las que nos marcan el camino que tomaremos. Es como si por mucho que me hubieran dicho cosas que me iban a pasar (y no estoy hablando de deducciones sino de cosas totalmente imprevisibles y que han terminado pasando) esta vez no lo veo tan claro. Tengo mis dudas y no sé si mi destino está escrito y entonces haga lo que haga da igual porque va a terminar pasando lo que tenga que pasar o si por mucho que me hayan dicho no son más que simples palabras y lo que pase dependerá de mis actos y de mis propias decisiones del día a día. Las coincidencias son curiosas y a veces, aunque no lo parezca, yo también me pierdo….

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