Venganza.

Esta mañana al poner la radio en el coche me he encontrado con que en el programa de humor y bromas de cada día estaban dando un dato curioso: los hombres son más vengativos cuando se hieren los sentimientos de los demás. Desconozco si es verdad el dato o no, pero a raíz de esto han empezado a preguntar a la gente qué tipo de venganza habían realizado alguna vez en su vida. De ahí han salido cosas tan curiosas como darle una infusión a una amiga con una buena dosis de laxante justo antes de que se fuera de viaje porque se había pasado tonteando con su novio, otra chica que descubrió que su novio le engañaba se dedicó a pincharle todos los preservativos cosa que provocó que el ex-novio fuera padre y otras muchas cosas varias que han hecho que terminara sonriendo. Lo que me ha sorprendido más ha sido la chica que cansada de que su novio se fuera de marcha sin decirle nada a ella y encontrarselo al día siguiente con el resacón propio de una buena noche de fiesta, se mostraba de lo más amable, cariñosa y comprensiva, ofreciendole incluso una infusión para ayudar en la recuperación. Lo que he oido a continuación ha conseguido que me despertara totalmente y mis ojos se abrieran casi más que los faros del camión que tenía detrás, la chica con la mayor naturalidad del mundo ha explicado que para vengarse sólo (¿sólo?) agregó unas cuantas gotas de lejía a esa infusión. Me he quedado alucinada pensando hasta donde puede llegar nuestra crueldad, no se trata de poner mala cara o de vengarse haciendo que el pobre muchacho duerma una semana en el sofá o que durante una temporadita tenga una vida sexual menos intensa que la de un capullo de mariposa, no, se trata simplemente de la ley de la selva... Y luego dicen que ellos son los vengativos!

La venganza es un plato que se sirve frio.