Siete días, o lo que es lo mismo, es curioso como una semana puede incluir alturas tan diferentes y ciclos tan variados que podrían contenerse en un año.
Ya he dejado atrás el primer año desde que empecé a escribir, últimamente me había propuesto no volver a escribir hasta lograr apartar el tono triste y apagado de los últimos posts. Sin embargo, me sorprende que el sábado alguien me dijera que a través de lo que escribo se deduce que mi vida va trascurriendo entre subidas y bajadas como una montaña rusa. Estos últimos siete días son un claro reflejo.
Tras el finde pasado en el que conocí a unos blogueros muy majos y simpaticos, y el domingo me escapé a un oasis natural muy cerca de la ciudad, el lunes mis hormonas estaban de fiesta y tenía un subidón típico de una buena borrachera (pero de las que no dejan resaca) y eso sin beber nada y sin un motivo aparente, simplemente pensar que las cosas empezaban a cambiar. Pero el martes en la visita con la psicóloga se trataron temas que escocieron un poco, reconocer mi actitud defensiva y algunas características de mi caracter que no me gustan dejaron su huella sin olvidar que también era el día de los enamorados (y eso que un buen amigo me regaló una canción para que me abrazara cuando me sienta triste). El miercoles decidí darme un pequeño homenaje y me compré una chaqueta para hacer excursiones por la montaña, que la que tenía me andaba pidiendo la jubilación, ánimicamente la cosa parecía volver a remontar. El jueves es ahora el día que voy al cine, así que tras una cena divertida una sesión de cine que me hizo regresar a paises lejanos ya visitados. El viernes a mediodía mi ex me dijo que está saliendo con una chica que conoce desde hace cosa de un mes, pero que la cosa ya va muy en serio y que consideraba más ético decirmelo él. El orgullo me hizo pillarme una rabieta más típica de una criatura pequeña que de una persona adulta, no por el hecho de que esté con alguien, sino más bien el hecho de que al final ha sido él quien ha recurrido a todas esas cosas que siempre me echaba en cara y encima intentaba animarme diciendome palabras que han sido mias desde hace mucho tiempo y nunca me escuchaba mientras yo las decía, tras eso las acciones de una compañía telefónica volvieron a subir, así que por la noche me apunté a una reunión en la que se planificaba un viaje que yo no podré hacer y después recorrí algunas calles y locales de Barna que no conocía acompañada de un buen guía (sigo teniendo ese sentimiento catetil en la gran ciudad). Para completar el ciclo de siete días este finde he tenido de visita a un lobo algo solitario que me ha permitido disfrutar de su agradable compañía y de conversaciones interesantes que al final me han dejado un poco triste cuando lo he acompañado al autobús de regreso a su casa. Ahora que estoy sentada delante del escritorio, con la radio de fondo y dejando salir los últimos sentimientos me doy cuenta que mi vida sí que va últimamente por una montaña rusa, donde son las emociones las que guían, pero también veo que muchas veces las dejo influir demasiado en mi estado general y ahora me doy cuenta que "ni estoy tan bien cuando me pienso que estoy bien, ni estoy tan mal cuando me pienso que estoy mal", pero de momento no puedo hacer otra cosa, soy así.
4 comentarios:
Una explicación perfecta. Al menos te sabes de memoria. Eso también cuenta ;-)
El problema es que la teoría me la sé de sobras, pero no me lo aplico en la práctica :(
Gracias, Puri, por tu invitación, pero por ahora la timidez me acompaña y quiere quedarse. Pero seguro que un día me descubro y nos damos la mano para ir a algún sitio. Soy una anónima que siente muy parecido a ti; con máscaras y montañas rusas. Pero disfruto del carnaval y del viaje. Espero que tú también lo hagas. Besos.
Ánonima si la timidez quiere acompañarte dejala, pero no la dejes que se instale mucho, yo estoy intentando apartarla de mi camino, pero no siempre lo consigo así que sientete libre para expresarte como más lo desees ;-)
Sólo explicame el secreto para disfrutar del carnaval y de las montañas rusas porque a este ritmo terminaré agobiando más de la cuenta a todos los que me rodean. Un beso
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