Una mezcla bastante explosiva de nervios, emoción, ilusión y miedo se había apoderado de ella desde que empezó a ser consciente que la fecha de su primera vez se acercaba. Sabía que no había motivos para preocuparse, pero aun así ella era demasiado temerosa, pensaba que tal vez algo no podía salir bien, se podía sentir muy mal, y una larga lista de posibles complicaciones. Era un contrasentido y lo sabía, ya que había otros momentos en los que la ilusión conseguía apartar todos los temores y entonces en esos momentos su mente se dejaba llevar, hasta tenía pensado cómo iba a vestir para la ocasión. Era consciente que era mayor, que su edad superaba la media de edad para la primera vez, pero aun así ella sabía que una ocasión tan especial como esa merecía la pena, porque todavía pensaba aquello de que lo bueno se hace esperar. Sólo las personas más importantes para ella sabían que iba a ser su primera vez y gracias a eso ellas le ayudaron a superar la mayoría de sus miedos y temores y poco a poco se fue animando y fue perdiendole el miedo aunque en el fondo seguía sin saber cómo se iba a sentir o cómo aflorarían todas esas emociones contenidas. Había oido también experiencias bastante desastrosas y negativas, aunque no sobre la primera vez pero eso conseguía que sus temores se agarraran a sus pensamientos y no quisieran dejar paso libre a las buenas emociones aunque con los buenos consejos iban entrando poquito a poco.
Lo tenía todo preparado, hasta el más mínimo detalle, desde la comida que prepararía hasta el perfume que usaría, así como el peinado que se haría y el maquillaje. Una ocasión así merecía la pena y no quería estropearla con ningun cabo suelto ya que sabía que su primera vez la recordaría con emoción siempre y aunque después se volvería a repetir sabía que la primera vez es especial.
El día señalado los nervios casi no la dejaron dormir, pero consiguió controlarlos y dominar la situación como si fuera una experta. Llegado el momento se dejó llevar por la situación, como si fuera una experta en el tema, observando y actuando como ella pensaba que debía hacerlo. Lentamente se fue haciendo con la situación y llegado el momento cerró los ojos mientras su respiración se aceleraba, apretó los puños mientras el zumbido se hacía cada vez más intenso. Los motores aumentaban velocidad y el avión avanzaba por la pista cada vez a mayor velocidad hasta que notó como se perdía el contacto con el suelo, en ese momento fue consciente que ahora ya estaba volando en avión, que había superado todos sus miedos y que al otro lado le esperaban unas fantásticas vacaciones en un lugar paradisiaco donde su mayor preocupación sería combinar correctamente el bikini con el pareo y disfrutar del sol, la playa y de todo lo que le esperaba.
Seguro que por un momento he conseguido distraer vuestra atención y hacer que penseis que os iba a explicar mi primera experiencia sexual, mira que somos cotillas! ;p Siento dejaros con la intriga, pero mi primer viaje en avión fue una cosa bastante parecida a la que he explicado ;)
2 comentarios:
Vaya, vaya...con la wapis que nos ha salido un poco picarona....
Anda que mira que ir jugando con el subconsciente de tus amados lectores haciendonos creer otras cosas...JAJAJAJAJAJAJAJA
Un beso y que sepas que me ha encantado!
Si es que ya sabes que cuando me pongo... ;)
Yo me lo pasé genial mientras lo escribía, así que me alegra que te haya gustado, además, ya sabes que no hay que fiarse de las apariencias :P
Un besete wapis!
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