Ya estoy a las puertas de otro largo finde, ya sé que el anterior sólo fue fiesta aquí en mi ciudad, pero yo lo disfruté al máximo porque terminamos en una casita rural en Logroño de madera con unos propietarios encantadores, hasta pude practicar un poquito mi incipiente inglés con el hombre que es de Canadá.
Después de visitar muchos pueblos encantadores, usease, todos del mismo tipo y con una iglesia realmente muy parecida a la del resto el segundo día cambiamos la ruta y nos dedicamos a hacer algunas compras de productos naturales de la zona (embutidos, pan,....), las típicas cosas que en algunos sitios cuando ven llegar a los de ciudad se frotan las manos pensando en cómo nos van a engañar, debo decir que La Rioja no me pareció una comunidad excesivamente turística así que no tuve la sensación de ser timada, más bien al contrario, la gente era muy amable y encantadora y los productos que compramos lo hicimos a un precio bastante normal, comparado con lo que podemos encontrar aquí por mucha menos calidad ;) y también visitamos pueblos pero estos en una zona mucho más verde y entre montañas y rios (que a mi me encanta eso, ya lo sabeis ;)). Aunque debo confesar que casi lo mejor del domingo fueron las tapitas en la calle Laurel, donde cada bar tiene la especialidad en un montadito y ahora para dar envidia voy a decir algún nombre: calzoncillo (aquí dejo que malpenseis con el nombre y no digo nada, solo que estaba bueno), cojonudo (haciendo honor a su nombre), tozudo (un contraste de sabores y texturas delicioso) y los típicos de sipia, champiñones, setas, pimiento relleno, jamón con queso fundido (exquisito), y varios más que voy a dejar de nombrar porque me está entrando hambre. Y el lunes yo había quedado con mi niña mañica que no nos veiamos desde que nos conocimos en un cursillo de la secta esa que me recomendó un amigo en un momento difícil de mi vida ;), así que de camino paramos en Zaragoza a tomar un helado (la idea era un café, pero ninguno nos pudimos resistir a la tentación de ese helado tan cremoso), lo malo es que como llovía y el centro de la ciudad estaría atascado no pudimos comprar esos dulces que nos gustaron tanto la vez anterior (una pena la verdad :(, ya salió mi vena golosa).
Y después de ese finde una semanita de trabajo intenso y muchas menos horas de estudio de las que hubiera querido pero que ahora no puedo hacer nada, pues entre el tiempo (fácil y sufrida excusa), combinaciones hormonales, niveles polinizantes en el aire (no es que tenga alergia, pero seguro que afecta) y que casi medio mundo está bajo de moral pues al final se me ha terminado contagiando a mi y ahora no puedo hacer mucha cosa. Bueno, algo puedo hacer y es intentar volver a cargarme las pilas con este nuevo largo finde, y es que aunque me toque currar mañana por la mañana, el lunes vuelvo a tener fiesta y eso es algo, como dice el anuncio, que no tiene precio. Buen finde a todos y hasta el lunes! ;)
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