En la definición psicológica de proyección nos encontramos con que es un mecanismo de defensa por el que el sujeto atribuye a otras personas las propias virtudes o defectos, incluso sus carencias. En el caso de la proyección negativa, ésta opera en situaciones de conflicto emocional o amenaza de origen interno o externo.
Últimamente me ha llegado por diferentes vías el tema de las proyecciones y como cada vez creo menos en las casualidades, le doy una vuelta al razonamiento.
Así que aprovecho que las hormonas andan revolucionadas para pensar en el hecho, y me doy cuenta de que no sé si es verdad que proyectamos aquello sobre lo que necesitamos trabajar en otras personas, o simplemente estamos más sensibles con un tema y por eso nos toca más. Pero lo cierto, es que de un modo o de otro, si queremos seguir avanzando por el camino de la evolución personal el tema que proyectamos o con el que nos encontramos casual o causalmente es un tema que tenemos que trabajar.
Para mí este tema hoy ha sido la implicación emocional, es curioso como me quejo de que hay personas que no se implican emocionalmente con los demás, así que tras darle tres vueltas y respirar hondo el doble de veces, soy consciente de que yo soy la primera que muchas veces no lo pongo precisamente demasiado fácil. Tengo la creencia de que si me implico emocionalmente estoy dando poder a la otra persona para que pueda usarlo en mi contra. Tal vez ha sido mi experiencia principal, pero sé que eso no siempre tiene que ser así, ya que yo también tengo un papel decisivo con mi actitud.
Un detalle a tener en cuenta es que no es necesario implicarse emocionalmente con todo el mundo que nos cruzamos por la calle, pero sí que no estaría mal un mínimo de compromiso con nuestro entorno más cercano, con esas personas que forman parte de nuestro día a día y con esas personas, que queramos o no, forman parte de nuestra vida por algún motivo sea el que sea....
Nuevo propósito apuntado a la lista ;)
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